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Molinos de Mota del Cuervo 1/2DÍA

Mota del Cuervo

Su principal fiesta es la de la patrona, Nuestra Señora de la Antigua de Manjavacas, declarada de interés turístico Nacional. Se celebra el primer y tercer domingo del mes de agosto y consiste en traer y llevar corriendo a la Virgen en Romería desde su Ermita a 7 kilómetros del núcleo urbano.

Conjunto Urbano

El conjunto urbano de Mota del Cuervo lo conforman destacados edificios, calles y plazas que forman a su vez subconjuntos de gran interés. Así, destaca el delimitado por la Plaza de Cervantes y la Plaza de la Tercia, con calles y plazas con edificación de calidad como la propia Tercia. Otro grupo interesante es el desarrollado en torno al Ayuntamiento o el que constituye el propio espacio de la Iglesia Parroquial, cercado con un curioso pretil.


Todo el casco urbano está salpicado de casas señoriales de los siglos XVII, XVIII y XIX, con distribuciones de huecos según la tradición manchega y escudos nobiliarios en las portadas de acceso, lo que demuestra la importancia de Mota del Cuervo a lo largo de su historia. Algunas de las casas más destacables las encontramos en la calle Mayor Baja (Casa de los Condes de Campillos, Escudo de la Casa de Fray Alonso Cano), en la calle Ramón y Cajal (especialmente los nº 2 y 4), en la Plaza Mayor y en la Plaza de Cervantes.


Los acontecimientos políticos van a cambiar alternativamente la nomenclatura de la hoy llamada Plaza Mayor. Se denominó Plaza de la Constitución (1870), de la República, del Caudillo, para definitivamente adoptar el nombre primitivo. Destacan algunos de los edificios de su entorno como el Ayuntamiento y el Juzgado de Paz.


La Plaza del Mercado era la antigua Plaza del Toril o del Coso, llamada así por estar destinada a los festejos taurinos. Está compuesta por casas solariegas que con el tiempo se han sido remodelando, y que pertenecían a nobles o a hidalgos. Mota contaba con una Bula papal sobre la corrida de dos toros durante la festividad de San Miguel, y sabemos que ya se celebraban en el siglo XVI. Posiblemente la feria franca concedida por el Rey en 1750 y que se celebraba durante los tres primeros días de septiembre, se ubicaba en esta plaza. En ella se comerciaba con ropas de seda, paños, platerías, mulas, etc. En 1922 pasó a llamarse Plaza de Cervantes.


Este patrimonio lo constituye el conjunto de edificios de carácter religioso tales como iglesias, ermitas, monasterios o conventos.


Uno de los cometidos más importantes de los visitadores de la Orden de Santiago consistía en conocer la situación de las iglesias. Por ello, a través de las páginas de las Visitas tenemos muchos datos sobre ellas y su funcionamiento en más de un siglo. Hay tres épocas claramente distintas: a finales del siglo XV, tras la repoblación, las iglesias están en ruinas. A principios del XVI comienza un periodo de nuevas construcciones en la mayoría de los pueblos; finalmente, en los inicios del siglo XVII las iglesias se pueden dar por acabadas y sólo quedan algunas obras de mejora y reparación.



Patrimonio arquitectónico religioso

Romería de Ntra. Sra. de la Antigua de Manjavacas

Las devociones también se describen ocasionalmente, y ejemplo de ello lo encontramos en la atracción que en la comarca despierta la Ermita de Manjavacas, que había conseguido antes de 1498 una Bula de perdones: “Tiene la dicha ermita (San Pedro de Manjavacas) una Bula de perdones que se ganó agora nuevamente de los Cardenales de Roma, para los que hicieran limosna para la dicha hermita e por devoción los vecinos de ciertos lugares comarcanos vienen a la dicha hermita algunas fiestas donde se facen mandas y limosnas”.


En un contexto cultural rural, la necesidad de ser protegidos contra epidemias, plagas del campo y otros accidentes atmosféricos, hizo que los pueblos venerasen, hiciesen votos y levantasen ermitas a determinados santos. San Sebastián, abogado contra la peste, es el más apreciado en todo el priorato. Estuvo muy extendido también el culto a Santa Ana, la madre de la Virgen María.


En algunos pueblos tuvieron especial devoción a San Gregorio Nacianceno, al que consideraron protector contra gusanos y otras plagas del campo. Mota del Cuervo guardaba su fiesta “por langosta”. Dimas Pérez afirma que llama la atención el que estos pueblos solicitasen del gran doctor de la Iglesia San Gregorio Nacianceno estos auxilios, cuando es otro San Gregorio, el Ostiense, el que en realidad se consideraba como abogado contra estos males del campo. Pudo haber confusión entre ambos santos, cuyas fiestas en el calendario eclesiástico se celebran el mismo día, el 9 de mayo.


Relación de edificios:

  • Iglesia parroquial San Miguel Arcángel
  • Ermita de San Sebastián (“El Santo”)
  • Ermita de Santa Ana
  • Ermita de Santa Rita
  • Ermita de Nuestra Señora de Manjavacas
  • Ermita de Nuestra Señora del Valle
  • Convento de Trinitarios

Molinos de Viento

En el paraje denominado “La Sierra”, se encuentran los Molinos de Viento, destacados monumentos manchegos, símbolo de una estructura de producción agrícola pasada y motivo que le hizo adquirir a este municipio en 1967, la denominación geoturística de "BALCON DE LA MANCHA", por el vasto y extenso horizonte que se contempla desde ellos. Divisamos los pueblos de Belmonte, El Pedernoso, Las Pedroñeras, El Provencio, Las Mesas, Villarrobledo, Tomelloso, Pedro Muñóz y hasta según dicen, Despeñaperros.


Todos los molinos, excepto “El Zurdo” –comprado por D. Ramón Serrano Súñer en 1941-, son de construcción reciente (años sesenta y setenta) levantados sobre cimientos originales y de propiedad municipal.


No se sabe con certeza el origen de los molinos de Mota del Cuervo, ni su número exacto; pero sí se conoce que a principios del siglo XVI, al sufrir la Mancha una gran sequía que duró cuarenta años se implantaron los molinos de viento debido a que el cauce de los ríos era escaso, razón por la que eligieron los lugares más elevados como motillas, cerros o lomas en los cuales el viento soplaba con intensidad y era capaz de mover sus enormes aspas. Algunos autores han utilizado la “alcabala del viento”, un impuesto que ya se cobraba en 1503, para fechar el origen de los molinos de viento en Mota del Cuervo; pero este impuesto nada tiene que ver con molinos.


En las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575) no hay ninguna pregunta específica sobre los molinos de viento, y ello quizás impidió algunas respuestas más concretas, limitándose a los molinos de agua. Para el caso de Mota del Cuervo, no se hace mención de ellos –y puede que ya existieran-, mientras que en los municipios de alrededor como Belmonte, El Pedernoso o Las Mesas, sí se mencionan. Es la fecha de 1603 la que nos confirma documentalmente que ya existían los molinos moteños; corresponde con una visita de la Orden de Santiago a esta villa, y se afirma que a la Mesa Maestral le pertenecen dos fanegas de trigo de cada molino de viento, siempre y cuando el molino muela durante sesenta días al año.


En el Catastro de Ensenada (1752) se registran los nombres de los dueños de los "15 molinos de viento harineros sitos en la loma y rivera de esta villa, los que muelen con una piedra", entre los que se encuentran un presbítero, una vecina de El Bonillo, un fraile del hábito de San Juan, el Convento de Religiosos Calzados de la Santísima Trinidad de la villa de Santa María del Campo y un vecino de Madrid.


También en el Catastro, entre los impuestos pertenecientes a la Alcaidía, encontramos el derecho que llaman “mencal”, que consiste en dos fanegas de trigo que se cobra de un molino de viento sito en la ribera de esta villa y paraje donde antiguamente estaba situado el castillo de dicha Alcaidía. La Mesa Maestral del Partido de Quintanar seguía percibendo, como en el siglo anterior, este mismo derecho que los dueños de los molinos de viento sitos en la loma y ribera del término de esta villa pagaban por cada uno de los molinos.


A mediados del siglo XIX, según Pascual Madoz, había 150 molinos en la Mancha, de los cuales 18 estaban en Mota del Cuervo; pero otros autores –sin prueba documental- hablan de 23, a tenor de los cimientos o "sitios" que de ellos se conservan. En el Libro de Cédulas de vecindad se llegan a registrar en 1857 hasta 26 molineros, la mayoría de la familia Zarco-Bacas, lo cual no quiere decir que correspondiera con otros tantos molinos. En las mismas fechas y según el Nomenclator de la Provincia de Cuenca (1860), en Mota del Cuervo había 11 molinos de viento, a 1,5 kms. de la villa. A finales de siglo se siguen manteniendo.


Es a principios del siglo XX cuando comienza a decaer el uso de los molinos, desplazados por la energía eléctrica. En 1929 molió por última vez "El Zurdo" (nombre que se le dio por girar sus aspas a izquierdas). Poco a poco, al carecer de utilidad fueron abandonados por sus propietarios.


En 1955 se creó la ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE LOS MOLINOS con la finalidad de defenderlos, protegerlos y construir otros nuevos sobre sus cimientos originales. Fue a partir de los años sesenta cuando se iniciaron las gestiones precisas para que el Ayuntamiento adquiriera los terrenos donde estaban enclavados los Molinos de Viento con miras a la expansión cultural y turística de estos lugares y para el emplazamiento de un monumento dedicado a Don Quijote de la Mancha. En una segunda etapa de la Asociación, que coincide con el auge de la reconstrucción de los Molinos, y con el apoyo del PATRONATO LOCAL DE LOS MOLINOS Y EL MONUMENTO A DON QUIJOTE (creado en 1969) dependiente del Ayuntamiento, los Molinos fueron concebidos como instrumentos al servicio de la cultura y se pensó dedicar cada uno de ellos a una nación europea con el nombre de uno de sus más célebres literatos, dramaturgos o poetas. Los primeros de la serie de Europa se dedicaron, comenzando por orden alfabético, a Alemania (“El Goethe”) y le siguió Austria (“El Franz Grillparzer”). Aparte de los citados, ya se habían reconstruido otros dos: “El Cervantes”, dedicado a España y “El Piqueras” en memoria del fundador y primer Presidente de la Asociación de los Amigos de los Molinos.


Tras un periodo de inactividad, durante el que sufrieron serios desperfectos, han sido objeto de un proyecto de rehabilitación. En 1999 se construyó e instaló la maquinaria para la molienda en uno de ellos, y durante los dos últimos años se está llevando a cabo la reparación de cubiertas y aspas.


Relacionada de alguna manera con los Molinos de Viento está la desaparecida Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles o Virgen de Arriba, Patrona de los Molineros, ubicada entre los molinos. Como consecuencia de la desaparición de éstos se trasladó al paraje de El Castellar, donde se continuó la tradición hasta su derrumbamiento. A pesar de todo, aún se sigue celebrando su fiesta el primer domingo de septiembre.